La emblemática Iglesia de Santa
Catalina fue testigo del amor y complicidad entre Andrés y Lourdes.
Se podía respirar el entusiasmo por formalizar su amor y así lo
hicieron junto con sus personas más queridas. Fue una boda con un
paise muy Valenciano, desde los jardines por las céntricas calles de
nuestra ciudad, hasta el paseo en barca por la Albufera, el cual nos
llevó a parar y hacer la entrada al cocktail de esta forma tan
original. Allí ya más tranquilos, pudieron disfrutar de cada
momento del banquete, sorpresas, regalos, los marcos para los papas,
la tarta, el baile y como no dandole el toque final con el photo-cool
que nadie se pudo perder. Que seáis muy felices!
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