Sara y Mario se complementan, y eso se nota en todo lo que hacen. El ambiente de festividad y alegría que rodeó el día de su boda es una clara muestra de su afecto. Desde las primeras fotos nos dimos cuenta de que iba a ser un día de esos especiales. El ‘Quiquet’ acogió una ceremonia donde la sencillez arropaba los sentimientos de amigos y familiares que no quisieron perderse la cita. Los niños se acercaron a leer y soltaron a las pequeñas mariposas que envolvieron el lugar de magia y más encanto si cabe. Un bello paseo por los jardines fue el preludio de la fiesta en los salones, donde el marisco fue el plato estrella de un banquete de lujo. Esperamos que todo lo que hagáis sea tan perfecto como este día, empezando por esa pequeña semillita que ya habéis plantado.
Mucha suerte chicos!!!
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